los motivos para abordar esta aproximación surgen debido a su uso frecuente en el análisis de la situación política en Palestina, especialmente en Gaza. También se utiliza esta aproximación, ya sea intencionada o inadvertidamente, para expresar solidaridad con el pueblo palestino. Sin embargo, esto puede generar resultados deficientes en torno al análisis político, la objetividad histórica e incluso la solidaridad, cuando se utiliza fuera del contexto adecuado. La aproximación del estadocentrismo en principio se refiere a la reducción del papel de individuos y grupos como actores en el ordenamiento internacional, describiéndolos más como desafíos o amenazas para los Estados.
• Nivel de análisis político:
Partir de esta aproximación respecto al genocidio perpetrado por la ocupación sionista en Palestina, legitima al ente sionista y lo considera un Estado normal. Esto desvirtúa el análisis político, al considerarlo como una “actitud” basada en consideraciones personales representadas por el actual gobierno sionista liderado por netanyahu, lo cual ignora la naturaleza colonial y genocida del proyecto sionista desde 1948.
Por otro lado, como una de las consecuencias de esta aproximación, se niega o se limita el derecho a la resistencia, incluida la resistencia armada, a pesar de que ningún pueblo colonizado ha logrado su libertad sin utilizar todos los medios de resistencia disponibles. Como resultado, se criminaliza la resistencia y se intenta despojarla de su legitimidad, a pesar de que es legítima tanto en el derecho internacional como en la práctica histórica.
Además, esta aproximación posibilita la existencia de conductas selectivas en relación a las potencias imperialistas y su política realista, las cuales consideran sus intereses «nacionales» incluso a expensas de millones de víctimas, tales como mártires, heridos, prisioneros y refugiados. También se muestra la selectividad al rechazar la participación de actores no estatales en cualquier posible solución, tal como se evidencia en el rechazo de la solicitud de la resistencia palestina de que las Naciones Unidas actúen como garantes en los borradores de los «acuerdos» de intercambio de prisioneros.
• La objetividad histórica:
La narración de la historia no siempre ha sido limitada a los victoriosos, ya que los revolucionarios también desempeñan un papel en ella. La resistencia en todas sus formas ha contribuido fundamentalmente a escribir la historia palestina. Sin embargo, la aproximación estadocéntrica distorsiona esta historia. A pesar de que el 7 de octubre devolvió al mundo la verdad sobre la creación artificial del ente sionista, considerarlo como un estado natural es una falsificación de la historia y la raíz del problema, lo que propicia que este ente cometa un genocidio y niegue los derechos del pueblo palestino a su tierra, arraigados desde hace más de 3000 años en esa geografía desde el río hasta el mar.
Durante nueve meses, esta aproximación ha contribuido a desviar la atención del núcleo del problema: la presencia de una ocupación colonial expansiva. También ha ayudado a atenuar la respuesta internacional ante muchos crímenes de guerra, tales como el secuestro forzado de miles de palestinos, la destrucción de hospitales, el uso de ayuda humanitaria como herramienta para el genocidio en Gaza, la expansión de los asentamientos y cometer la limpieza étnica en Cisjordania.
En este contexto, no es casualidad que este enfoque se alinea con la Declaración Balfour de 1917, que abogaba por tratar a los palestinos desde una perspectiva de «derechos civiles» y no políticos. En este sentido, cabe destacar que «los derechos civiles» en el contexto colonial e imperialista constituyen la explotación de la población indígena y, por ende, su represión, ya que no hay ser humano dispuesto a renunciar a sus derechos políticos nacionales.
• El estadocentrismo y la solidaridad:
En términos de solidaridad, es importante destacar que existe un movimiento de solidaridad global que asume la narrativa palestina con responsabilidad y valentía. Sin embargo, la aproximación estadocéntrica puede distorsionar este discurso solidario y, por lo tanto, sesgar o disminuir los temas de solidaridad. En ocasiones, se presenta una actitud paradójica, relacionada con intereses personales o partidistas, que representa una postura política. A través de condenar la resistencia como una introducción para solidarizarse con el pueblo palestino, a pesar de que la resistencia tiene una base popular que ha sacrificado vidas por la libertad.
Es esencial destacar que la solidaridad no se manifiesta exclusivamente cuando hay millones de víctimas, sino que significa respaldar una causa justa y no permitir que haya víctimas. No se trata solo de números, sino de personas que la humanidad ha perdido, lo cual también requiere definir el concepto de solidaridad sobre esta base con respecto a las causas justas en todo el mundo, y reducir el impacto de enfoques teóricos y prácticos que deshumanizan tales causas.
Es importante recordar que la aproximación estadocéntrica se deriva de la era colonial, cuyo objetivo principal es, deshumanizar los pueblos nativos. En consecuencia, cualquier enfoque destinado a analizar la situación política debe considerar el aspecto humano, y basarse en él para describir una etapa histórica, debido a los resultados engañosos que pueden surgir del uso de tales enfoques que benefician a estados coloniales e imperialistas.
Esta cuestión y crítica del estadocentrismo con respecto al análisis de la situación en Palestina, surge de la falta de objetividad en la academia occidental, en gran medida, que recurre a enfoques y análisis a través de estudios orientalistas, y que impone la perspectiva colonial. Además, por el papel que ha jugado esa aproximación en legitimar la existencia de una entidad terrorista colonial que comete genocidio, y describirlo de manera injusta como un estado.
Bahaa Gasán