El imperialismo está siendo juzgado

En el segundo día de la cumbre, el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra dedicó la jornada completa a la labor de un tribunal popular contra el imperialismo. Los crímenes reconocidos por este tribunal fueron el genocidio de los pueblos, como lo ejemplifica la masacre cometida por el régimen sionista y sus aliados contra el pueblo palestino; la promoción de la pobreza mediante políticas de austeridad y acuerdos de libre comercio, refiriéndose específicamente al acuerdo negociado entre MERCOSUR y la Unión Europea; la guerra económica y la violación de la soberanía y autodeterminación de los pueblos, como el bloqueo ilegal impuesto por Estados Unidos al pueblo cubano y el acoso a las autoridades en Haití; y, finalmente, el racismo estructural y ambiental, que evocó casos de asesinatos de jóvenes de la población afrodescendiente en Río de Janeiro y el colapso de la represa de Fundão en Mariana (MG) en 2015, cuyos efectos aún persisten.

La primera en tomar la palabra fue la activista palestina Rula Shaheed, directora del Instituto Palestino para la Democracia Pública (PIPD), quien conmovió al público presente en Fundição Progresso: «Nosotros, el pueblo palestino, hemos sufrido durante 76 años bajo continuas acciones coloniales, manifestadas en la negación del derecho al retorno de los refugiados, el estableciemiento de puestos de control, la confiscación de tierras y el castigo colectivo por medios violentos, incluidos bombardeos militares». La activista también compartió cifras sobre las atrocidades cometidas por las fuerzas israelíes en los territorios palestinos: “asesinatos, desplazamientos forzados, demolición de viviendas y detenciones.”

Finalmente, la jueza Simone Nassif pronunció una larga sentencia: “Ante la decisión soberana del jurado, considero válida la solicitud y declaro que las falsas soluciones que ofrece el sistema capitalista son ilegítimas y condeno al imperialismo por los crímenes de genocidio del pueblo palestino, fomentando la pobreza a través de acuerdos de libre comercio, guerra económica y violaciones.” Llamó a la lucha contra estas agresiones en Cuba, Haití y contra el racismo estructural y ambiental en Brasil contra los jóvenes de la población afrodescendiente y el medio ambiente.

En una entrevista exclusiva con la revista Al-Hadaf, Aleida Guevara destacó la importancia de la presencia de Palestina en el Tribunal Popular contra el imperialismo: «Es crucial que Palestina esté presente aquí, y no solo aquí, sino en todos los espacios y actividades, para que el mundo y los pueblos conozcan todo lo posible sobre la causa palestina. El problema es que muchas gente vive y le da la espalda a la realidad en la que vivimos. Debemos romper este silencio y hablar sobre la causa hasta que todos los pueblos se unan en su apoyo.»

Guevara también comentó sobre la decisión del presidente cubano Miguel Díaz-Canel de otorgar 200 becas para que estudiantes palestinos estudien medicina en Cuba: «Es maravilloso formar médicos, pero también debemos insistir en que, cuando las condiciones lo permitan, se envíen brigadas de médicos cubanos para apoyar y asistir al pueblo palestino en todo lo que está enfrentando.»

Como mensaje final, añadió: «Personalmente, siempre me embargan los sentimientos cuando se menciona Palestina y su causa. Siendo embajadora del retorno a Palestina, me duele mucho estar tan lejos. Intento, por todos los medios, estar lo más cerca posible.»

Por su parte, en una entrevista con Cassia Bechara, directora del Departamento de Relaciones Internacionales del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra en Brasil, se subrayó la centralidad de la causa palestina: «La presencia de Palestina en el Tribunal Popular es esencial, porque es la causa central, no solo para nosotros como movimiento, sino para el mundo. La cuestión palestina es una cuestión colonial, y el sufrimiento que enfrenta Palestina no puede ser ignorado. Es la causa central de los pueblos. En América Latina seguimos sufriendo los efectos del colonialismo, y lo que hace la ocupación sionista con su limpieza étnica es exactamente lo que el colonialismo europeo hizo con los pueblos indígenas de América Latina, teniendo en cuenta que la ocupación sionista es diez veces más brutal y violenta.»

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