Un resumen del año 2024
Desde el 7 de octubre de 2023, tras el genocidio continuo, Palestina ocupada ha conocido una intensificación en las prácticas de colonización y las políticas de desplazamiento forzado de palestinos en Cisjordania. Estos acontecimientos forman parte de un proyecto expansionista que persigue la ocupación total de los territorios palestinos, el desplazamiento forzado a los Palestinos y el refuerzo del control de las autoridades de ocupación sobre estas áreas. La expansión de los asentamientos ha alcanzado niveles sin precedentes, mientras que las demoliciones y la ocupación de tierras han escalado de manera alarmante.
Expansión de los asentamientos tras el 7 de octubre de 2023
Cisjordania ocupada ha experimentado una escalada significativa en la expansión de asentamientos israelíes después del 7 de octubre de 2023, como parte de un proyecto colonial que busca el control total del territorio mediante el genocidio y el desplazamiento forzado. Las autoridades de ocupación trabajan para implementar una agenda de asentamientos y alterar el estatus quo en Jerusalén, capital de Palestina, con el respaldo absoluto de Estados Unidos. En este contexto, las autoridades de ocupación han tomado decisiones como la anulación de la «Ley de Desconexión» para reconstruir asentamientos que habían sido desmantelados previamente, reforzando así su control sobre el norte de Cisjordania.
Durante el año 2024, las autoridades de ocupación aprobaron la construcción de miles de nuevas unidades de asentamientos, con la preparación de 182 planes estructurales para construir 23,267 unidades en un área de 14,000dunamas, con un enfoque claro en la ciudad de Jerusalén. Estos planes estuvieron acompañados de la creación de 29 nuevos puestos avanzados de asentamientos, conectados a una red de carreteras destinadas a servir a los colonos.
Además, se llevó a cabo la «legalización» de varios puestos avanzados, transformándolos en asentamientos. Estos pasos forman parte de un contexto acelerado de políticas de expansión de asentamientos, que buscan alterar la composición geográfica y demográfica de Cisjordania.
Demoliciones y ocupación de tierras
Las autoridades de ocupación han intensificado la demolición de viviendas y la ocupación de nuevas tierras en Cisjordania, lo que ha provocado el desplazamiento de un gran número de palestinos. Desde el 7 de octubre de 2023 y durante todo el año 2024, los informes han documentado la ocupación de aproximadamente 52,000 dunamas de tierras bajo diversos pretextos, como declararlas «reservas naturales» o «tierras estatales», además de apropiaciones para «fines militares». Esto ha ido acompañado de un aumento en los ataques de los colonos, dirigidos contra ciudadanos palestinos y sus propiedades.
Durante el año 2024, las demoliciones incluyeron la destrucción de cientos de estructuras, siendo Jerusalén la más afectada con 320 edificaciones destruidas, seguida por Hebrón, Nablus y otras provincias. La expansión de los asentamientos se concentró en las áreas clasificadas como (B) y (C) –según el acuerdo de Oslo-, con la creación de 25 nuevos enclaves coloniales, la mayoría de ellos de carácter agrícola, con el objetivo de desplazar a los ciudadanos palestinos y tomar el control de extensas áreas de tierra. Para fortalecer estos puestos avanzados, se construyeron decenas de rutas que los conectan con asentamientos ya existentes, consolidando así el sistema colonial racista.
Además, se declararon 24,000 dunums como «tierras del Estado», lo que equivale a la mitad de las áreas designadas desde los Acuerdos de Oslo, reflejando la aceleración de los planes de asentamiento que violan las leyes internacionales y buscan consolidar la ocupación.
En el marco de esta ofensiva de asentamientos, se registraron más de 19,000 ataques contra palestinos y sus propiedades. Bajo «las leyes de emergencia», declaradas desde el inicio del genocidio, los colonos han podido portar armas, amenazar la vida de los ciudadanos palestinos y llevar a cabo crimines de ejecuciones.
Desplazamiento forzado y planes de colonización
Las autoridades de ocupación llevaron a cabo el estudio de 182 planes estructurales para construir 23,267 unidades de asentamientos en una superficie de 14,000 dunums. De estos, se aprobaron 6,300 unidades y se prepararon 17,000 unidades más para su implementación. Estos planes se concentraron principalmente en la provincia de Jerusalén, que fue el objetivo de 65 planes. También incluyeron las provincias de Salfit y Belén, con 22 planes cada una. Además, el comité de planificación aprobó la construcción de 8,721 nuevas unidades de asentamiento y la legalización de 5 asentamientos ilegales y nuevos barrios como extensiones de asentamientos existentes.
Las políticas de expansión de asentamientos y demolición de viviendas resultaron en el desplazamiento de 5,947 palestinos. Cabe destacar que el terrorismo ejercido por los colonos es una herramienta principal para desplazar a los palestinos, especialmente en Cisjordania y Jerusalén. Este terrorismo, junto con las prácticas oficiales de las autoridades de ocupación, forma parte de un plan sistemático cuyo objetivo es vaciar las tierras palestinas de sus habitantes como resultado inevitable.
El terrorismo de los colonos sionistas
El terrorismo de los colonos se intensificó desde octubre de 2023, en paralelo con la expansión de los asentamientos, desempeñando un papel clave en el desplazamiento y la represión de los palestinos mediante diversos medios, incluyendo la demolición de viviendas, restricciones al movimiento, robo de propiedades y la intimidación de ciudadanos palestinos. Este terrorismo cuenta con el apoyo directo del ejército de ocupación, ya que los colonos constituyen un componente esencial del proyecto colonial. Sus objetivos se entrelazan con los del ente ocupante, destacándose su influencia a través de organizaciones extremistas de colonos como «Jóvenes de las Colinas» y «El Precio a Pagar», que llevan a cabo ataques organizados contra los palestinos con respaldo gubernamental.
En cuanto al armamento de los colonos, las autoridades de ocupación emitieron más de 38,000 licencias de armas antes de octubre, y las solicitudes aumentaron significativamente después de esa fecha. El «ministro de seguridad nacional», Itamar Ben Gvir, anunció la distribución de 170,000 armas a los colonos durante el año, con planes para continuar esta distribución. Además, se crearon 700 nuevas unidades represivas para reforzar la protección en los asentamientos, lo que ha incrementado los ataques perpetrados por los colonos, respaldados oficialmente por el ejército de ocupación.
Estas políticas llevaron a que los colonos cometieran 16,663 crimines entre octubre de 2023 y noviembre de 2024, la mayoría de ellos en Hebrón, Jerusalén y Nablus. Estos ataques incluyeron incursiones en comunidades palestinas, agresiones a civiles, quema de propiedades y el robo de tierras y cultivos agrícolas. Como resultado, 11 palestinos fueron asesinados, entre ellos 3 niños, y 83 resultaron heridos por disparos de munición real, reflejando una escalada peligrosa en las políticas expansionistas y el terrorismo sistemático contra los palestinos.
¿Qué hacer?
Se destaca la importancia de intensificar los esfuerzos internacionales para enfrentar el proyecto colonial – sionista, mediante la presentación de demandas contra las autoridades de ocupación ante la Corte Penal Internacional, basadas en acusaciones de limpieza étnica, crímenes de guerra y genocidio. Esto debe ir acompañado de la activación de la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe la transferencia de población a territorios ocupados.
Además, la etapa actual requiere reforzar el apoyo internacional a la causa palestina, movilizando esfuerzos para el boicot internacional e imponiendo sanciones a las empresas e instituciones que apoyan los asentamientos, junto con el lanzamiento de campañas mediáticas que destaquen las violaciones de la ocupación y el impacto de los asentamientos en los palestinos.
La solidaridad internacional con la causa palestina frente a los asentamientos representa una necesidad política y moral para corregir el desequilibrio de poder y detener la expansión de los asentamientos. Esta solidaridad requiere pasos prácticos que vayan más allá de la condena simbólica, fortaleciendo el apoyo a los palestinos a nivel popular y gubernamental, e implementando iniciativas que presionen a la ocupación para detener sus prácticas, como la adopción de políticas de boicot económico y diplomático, y el apoyo a los movimientos de la sociedad civil palestina.
Asimismo, involucrar a la opinión pública mundial para exponer las violaciones de la ocupación y los peligros de los asentamientos a través de los medios de comunicación y la concienciación contribuye a movilizar el apoyo popular e internacional a la causa palestina, fortaleciendo su resistencia y colocando a la ocupación en un aislamiento internacional creciente.
A nivel interno, enfrentar los asentamientos requiere una estrategia palestina unificada que combine los esfuerzos políticos y legales, junto con el fortalecimiento del trabajo colectivo local mediante comités de resistencia popular para proteger las tierras. Estos esfuerzos también incluyen el desarrollo de infraestructura en las áreas afectadas y el apoyo a proyectos que refuercen la permanencia de los palestinos en su tierra, lo que contribuye a contrarrestar el desplazamiento forzado y desafiar los planes de la ocupación.
Bahaa Gasán