El caos geográfico y la consiguiente «crisis» de identidad en el contexto palestino no son producto del 7 de octubre y la batalla del Diluvio de Al-Aqsa, sino que constituyen un tema central en la historia de la causa palestina y en el conflicto con el sionismo mundial. Por lo tanto, tras el 7 de octubre, se han difundido muchas falacias sobre la causa palestina y el genocidio continuo desde 1948, el cual no terminará sino con el fin de la ocupación y la liberación de Palestina, desde el río hasta el mar.
El genocidio abarca toda Palestina
Hablar de Gaza es, en esencia, hablar de toda Palestina. Históricamente, el nombre de Palestina ha abarcado geográficamente la región costera desde Gaza hasta Ascalón, y Gaza ha sido —y sigue siendo— una de las ciudades más fuertes de Palestina. Enfocar el genocidio en Gaza es completamente acertado, ya que es la zona más afectada y ha sido destruida por completo por la ocupación sionista y sus aliados. Por ello, tras el «acuerdo de alto el fuego», surgió una oleada de «soluciones» propuestas para la Franja de Gaza, planteadas de manera que la separan geográficamente del contexto histórico de Palestina, tanto en su territorio como en su pueblo.
En este contexto, es fundamental enfatizar que la Palestina histórica sigue sufriendo un genocidio. En los territorios ocupados en1948, continúan los crímenes de demolición, el desplazamiento forzado, las detenciones, la represión y el crimen organizado. En Cisjordania, el genocidio ha alcanzado un nivel sin precedentes, con una agresión terrorista contra los campamentos de refugiados que hasta ahora ha resultado en la destrucción de los campamentos de Yenín, Tulkarem, Nur Shams y Al-Fari’a.
Además, la expansión de los asentamientos avanza a un ritmo acelerado, junto con crímenes de asesinato, detenciones y tortura de prisioneros hasta el punto de asesinarles dentro de las cárceles. Estos crimines coloniales brutales no han hecho distinción entre el pueblo palestino, sin importar su ubicación ni sus diversas ideológicas o políticas.
Herramientas de genocidio: no hay distinción entre los palestinos
Las autoridades de ocupación sionistas han utilizado los mismos instrumentos de genocidio en toda la Palestina ocupada, y la verdad es que no son solo herramientas, sino crímenes sistemáticos y deliberados. Entre esos crímenes destacan: el desplazamiento forzado, la destrucción total del sistema de salud, educativo, y de infraestructuras, el uso de aplicaciones de inteligencia artificial en crímenes de asesinato y persecución, y el uso de la ayuda humanitaria –que carece de humanidad en este contexto– como herramienta de presión sobre las bases populares de la resistencia.
Otro ejemplo de la reproducción de crímenes y su traslado de un entorno geográfico a otro es el «Plan de los generales», que se implementó primero en el norte de la Franja de Gaza y luego en el norte de la Cisjordania. Este plan consiste en adoptar una política de asesinato masivo, imponer la hambruna a los ciudadanos, destruir el sistema de salud, con el objetivo de imponer el desplazamiento forzado por la fuerza, y vaciar vastas áreas geográficas de sus habitantes, haciéndolas inhabitables nuevamente.
La geografía y la imposición nuevas realidades
Hasta el 7 de octubre, era posible clasificar una parte importante de la causa palestina en dos niveles: el primero, Palestina como una causa política; y el segundo, Palestina como una realidad geográfica. Sin embargo, el «Diluvio de Al-Aqsa» fue realmente un diluvio, donde la geografía de Palestina se extendió para abarcar la región y quizás el mundo entero, tanto en términos de las partes y actores que participaron en la lucha, como en la reafirmación de la causa palestina como una causa política. Y quizás esto sea lo que contribuye a explicar el comportamiento de la ocupación que busca evitar regresar a la realidad previa al 7 de octubre.
La ocupación busca reconfigurar radicalmente la geografía de Palestina, y estos intentos varían entre crímenes de desplazamiento forzado aterradores que fueron anunciados por donald trump, hacer de Gaza una zona geográfica inviable, eliminar los campamentos de refugiados del mapa palestino – y este escenario podría extenderse, de alguna manera, a los campamentos de Líbano – además de la búsqueda de la ocupación de una profundidad geográfica estratégica después de haber identificado esta debilidad. Por lo tanto, busca continuar ocupando sitios específicos en el sur del Líbano, el sur de Siria y la zona de los valles en Palestina ocupada.
Fronteras y pintar con sangre y flores
El ente sionista comprendió, a partir de esa frase que casi siempre comienza cualquier libro sobre el aspecto militar de este ente, que señala la ausencia de profundidad estratégica de este régimen inventado, lo que hace posible un ataque contra él. Por lo tanto, busca acelerar la imposición de nuevas realidades geográficas que sean casi imposibles de cambiar, lo cual implica genocidio, limpieza étnica y desplazamiento forzado. A través de ello, intenta dirigirse a las potencias imperialistas y coloniales y convencerlas de que el proyecto sionista-colonial sigue siendo «rentable» para ellas, aunque el precio sea la aniquilación de un pueblo entero.
Y al hablar de fronteras, se recuerda el himno que acompañó «La intifada de Jerusalén/la intifada popular» en 2015, el cual recomienda trazar las fronteras con sangre y flores. Una pintura dolorosa impuesta por la presencia de la ocupación. No es cierto que la resistencia sea una carga para los pueblos, sino que la verdadera carga es esa ocupación colonial que comete genocidio, impone el desplazamiento forzado y destruye todas las manifestaciones de la vida. El colonialismo es el sinónimo de la muerte.
Bahaa Gasán