El nuevo memorando presidencial prohíbe el turismo, recrudece el bloqueo y prioriza el apoyo a grupos opositores
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el lunes (30) un nuevo Memorando Presidencial de Seguridad Nacional (NSPM) que refuerza la política de hostilidad de Washington hacia Cuba. El documento reinstaura los lineamientos más estrictos de su política de “máxima presión” aplicada durante su primer mandato.
Mediante este memorando, se restablecen restricciones eliminadas durante la administración de su sucesor, Joe Biden. Entre ellas, se prohíbe el turismo de ciudadanos estadounidenses a la isla y se refuerza el bloqueo económico, comercial y financiero contra el país caribeño.
Según el comunicado oficial emitido por la Casa Blanca, “la política del presidente Trump restaura y refuerza la política robusta de su primer mandato hacia Cuba, revirtiendo la revocación de la administración Biden que alivió la presión sobre el régimen cubano”.
Además, se ordena la realización de auditorías regulares y “el mantenimiento obligatorio de registros de todas las transacciones relacionadas con viajes durante al menos cinco años”, como parte de la prohibición a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
Recrudecimiento de sanciones y apoyo a la oposición
El memorando afirma que la administración de Trump continuará “evaluando sus políticas” con el objetivo de “mejorar los derechos humanos, fomentar el estado de derecho, promover el libre mercado y la libre empresa”, así como “promover la democracia en Cuba”.
Uno de los puntos principales del documento es la prohibición de “cualquier transacción financiera, directa o indirecta” con entidades estatales cubanas, en particular con el conglomerado GAESA (Grupo de Administración Empresarial S.A.) y sus filiales, administradas por las fuerzas armadas cubanas.
No obstante, la normativa contempla excepciones en aquellas operaciones que “avancen los objetivos de la política estadounidense o apoyen al pueblo cubano”.
En el apartado dedicado a la implementación, se menciona el respaldo a “programas para construir la democracia en Cuba”, lo que alude al financiamiento de grupos políticos, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales opositoras al gobierno cubano.
Un ejemplo de ello es la Oficina de Transmisiones para Cuba (OCB), que administra “medios de comunicación” destinados para la isla caribeña. Según declara el propio organismo, su misión es “promover la libertad y la democracia proporcionando al pueblo de Cuba una programación informativa y de noticias objetivas”. De acuerdo con datos oficiales, esta oficina cuenta con un presupuesto anual de 12,97 millones de dólares, provenientes de fondos públicos del gobierno federal estadounidense.
Frente a los anuncios realizados por la Casa Blanca, la Embajada de Estados Unidos en La Habana informó que revisará las redes sociales de quienes soliciten una visa, incluyendo estudiantes, profesionales y personas que buscan emigrar de manera permanente.
Las restricciones más severas estarán dirigidas a estudiantes que deseen cursar estudios en instituciones académicas, así como a quienes pretendan realizar estudios en centros no académicos reconocidos.
Mediante estas revisiones, la embajada busca rechazar las solicitudes de visa —incluso las temporales— de aquellas personas que expresen manifestaciones a favor del socialismo, referencias positivas al Partido Comunista Cubano, críticas al gobierno de Estados Unidos o de Israel, o que expresen apoyo a la causa palestina.
Un bloqueo sostenido pese al rechazo global
El memorando también reafirma el respaldo de Washington al bloqueo económico unilateral que Estados Unidos mantiene contra Cuba. Frente a las reiteradas críticas de la comunidad internacional, que considera el bloqueo una violación del derecho internacional, el documento sostiene: “La NSPM apoya el embargo económico y se opone a los llamados para su terminación”.
Desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas se pronuncia anualmente contra el bloqueo estadounidense a Cuba. En octubre de 2024, la resolución presentada por Cuba fue respaldada por 187 países, marcando la trigésima segunda ocasión consecutiva en que se exige su levantamiento. Solo Estados Unidos, Israel y algún aliado circunstancial votaron en contra. Además, la Asamblea condenó la inclusión de Cuba en la lista unilateral de “Estados que patrocinan el terrorismo” elaborada por Washington.
Según las estimaciones presentadas ante la Asamblea General de la ONU, durante el período comprendido entre el 1 de marzo de 2023 y el 29 de febrero de 2024, el bloqueo provocó una pérdida estimada de 5.500 millones de dólares para la isla caribeña.
El documento de la Casa Blanca afirma que Trump está “cumpliendo con sus promesas de campaña” y cita sus palabras: “Como presidente, volveré a apoyar al pueblo de Cuba en su largo camino por la justicia, la libertad y la democracia”. En los últimos meses, su administración reincorporó a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y endureció las restricciones migratorias para sus ciudadanos.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó el memorando como la continuación de una “guerra económica despiadada” que limita severamente las posibilidades de desarrollo comercial y financiero del país. A través de su cuenta en X, afirmó que el “nuevo plan agresivo contra Cuba” responde a intereses “estrechos y no representativos” de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses, y denunció que el reforzamiento del bloqueo busca “causar el mayor daño y sufrimiento posible al pueblo”. Concluyó: “Se sentirá el impacto, pero no nos doblegarán”.
Por: Gabriel Vera Lopes