Por el equipo editorial de la República de Palestina
París, 17 de julio de 2025
El jueves, la justicia francesa dictó la orden de liberación del activista libanés pro palestino Georges Ibrahim Abdallah, encarcelado desde hace casi cuatro décadas en Francia, acusado de participar en el asesinato de dos diplomáticos, uno estadounidense y otro israelí, en 1982.
La decisión del tribunal de apelación se tomó en una sesión a puerta cerrada celebrada en el Palacio de Justicia de París, en ausencia de Abdullah, de 74 años, considerado uno de los presos políticos más antiguos de Francia. Está previsto que sea puesto en libertad oficialmente el 25 de julio, tras un largo proceso judicial que comenzó con su condena en 1987 y que ha incluido más de 11 solicitudes de libertad condicional, todas ellas denegadas, en medio de intensas presiones políticas, especialmente por parte de Estados Unidos y las autoridades de ocupación israelíes.
Una vida de lucha y resistencia
George Abdallah nació en 1951 en la ciudad de Qubayat, al norte de Líbano, y desde joven destacó como activista político de orientación marxista revolucionaria. En 1978, se trasladó al sur del Líbano para participar en la resistencia contra la invasión israelí, donde resultó herido, antes de unirse posteriormente a las filas del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
En ese momento, Abdullah estrechó su relación con el destacado líder Wadi Haddad, considerado uno de los principales teóricos de la lucha armada fuera de los territorios ocupados. Abdullah se vio influido por el pensamiento marxista revolucionario antiimperialista, que más tarde conformaría su orientación política e ideológica. En 1979, Abdullah se separó del Frente Popular y fundó las «Facciones Armadas Revolucionarias Libanesas», adoptando como enfoque central la lucha contra el imperialismo y el sionismo.
Un luchador, no un criminal
El año pasado, George Abdallah compareció por undécima vez ante la justicia francesa para reclamar su libertad y declaró con firmeza y valentía:
«Soy un luchador, no un criminal. Lo que hice fue una respuesta a la violación de los derechos humanos en Palestina. Lo que hice fue resistir».
La decisión de liberarlo hoy se considera una victoria para la voluntad de resistencia que él encarna y expresa un momento excepcional en el que se ha roto la presión estadounidense e israelí que siempre ha influido en la decisión francesa sobre su caso.
Justicia conquistada, no concedida
Desde 1999, Abdullah era legalmente elegible para la libertad condicional, pero las autoridades francesas se negaron repetidamente a liberarlo, a pesar de que cumplía los requisitos legales, bajo una presión externa manifiesta. La decisión de liberarlo no representa tanto una justicia legal como el fruto de una lucha larga y organizada que Abdullah ha librado por derecho propio, superando las restricciones políticas y la hegemonía imperialista sobre la justicia occidental.
Libertad merecida
La liberación de Georges Abdallah, tras 40 años de cautiverio, es un momento simbólico en la historia de la lucha árabe y del Sur global contra el colonialismo y el sionismo, y confirma que la justicia no se concede, sino que se conquista con lucha, paciencia y resistencia. Lo que se ha logrado hoy es una victoria de la resistencia con su voz y su legitimidad histórica, no una simple decisión judicial francesa.
