La Oficina de Información Gubernamental en la Franja de Gaza confirmó, en un comunicado de prensa emitido ayer, que el enclave se encuentra al borde de una catástrofe humanitaria que amenaza la vida de más de 100,000 niños, incluidos unos 40,000 lactantes menores de un año, debido a la total escasez de leche infantil y suplementos nutricionales, además del continuo cierre de los pasos fronterizos y la prohibición de entrada de ayuda humanitaria básica.
El comunicado indicó que hay señales claras de una masacre colectiva lenta e intencionada cometida contra los lactantes, ya que muchas madres se han visto obligadas a reemplazar la leche por agua para alimentar a sus hijos, en el contexto de una política de hambre y exterminio aplicada por la ocupación israelí.
La oficina también señaló que el sistema de salud se encuentra al borde del colapso debido a la falta de recursos médicos y alimentarios. Los hospitales y centros de salud registran diariamente cientos de casos de desnutrición aguda y potencialmente mortal, sin capacidad de respuesta ni tratamiento. Hasta el momento, el número total de muertes por hambre y desnutrición ha alcanzado las 122, entre ellas 83 niños.
Por su parte, Adnan Abu Hasna, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), declaró que toda la población de Gaza sufre de hambre severa, incluidos 200,000 niños que se encuentran en etapas críticas de desnutrición.
Abu Hasna agregó que uno de cada cinco niños examinados padece desnutrición, señalando que los niños nacen con bajo peso y estatura reducida, lo que los expone a un alto riesgo de enanismo permanente, especialmente los que tienen entre dos y cinco años, si no se les brinda tratamiento inmediato.
También afirmó que lo que ocurre en Gaza es una «estrategia deliberada del hambre y el caos», explicando que el 99% de la población no puede conseguir ni siquiera una bolsa de harina, además de enfrentarse a disparos aleatorios mientras intentan acceder a la ayuda humanitaria.