Por: G. Barraza

Después de tres intensos días de debate, la Conferencia de Alto Nivel para la Solución de Dos Estados finalizó este miércoles en la sede de Naciones Unidas en Nueva York con la adopción de un documento que reafirma la urgencia de implementar la solución de dos Estados como único camino viable hacia una paz justa y duradera en Medio Oriente.

El texto final de la conferencia, respaldado por una amplia mayoría de países miembros, exige a Israel comprometerse de manera concreta con la creación de un Estado palestino soberano, independiente y contiguo. La declaración no solo reafirma el respaldo a las resoluciones previas del Consejo de Seguridad, sino que también introduce pasos inmediatos para frenar la actual escalada de violencia.
Como medida inicial, el documento exige el cese inmediato de las hostilidades entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, donde ya han muerto más de 60.000 palestinos —en su mayoría mujeres y niños— desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. En este marco, se plantea la formación urgente de un comité administrativo de transición, supervisado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y con el respaldo de la comunidad internacional, como vía para restaurar el orden civil y preparar el camino hacia una gobernanza unificada.

“El fin del de la guerra en Gaza debe implicar la retirada de Hamás del control administrativo y militar en la Franja, la entrega de sus armas y la liberación de todos los rehenes bajo su custodia”, sostiene el texto. Esta demanda, que busca desmilitarizar la zona y reducir tensiones, va acompañada de la propuesta de una misión internacional de estabilización temporal, autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, con el fin de garantizar la protección de la población civil y facilitar el proceso de transición.

Uno de los puntos centrales del documento es el rechazo a la fragmentación territorial del futuro Estado palestino. En ese sentido, la declaración afirma que Gaza debe ser parte integral del mismo, unida políticamente y administrativamente con Cisjordania, y añade con firmeza: “No debe haber ocupación, sitio, reducción territorial ni desplazamiento forzado”.

La declaración fue recibida con entusiasmo por los países del Sur Global, organismos humanitarios y organizaciones de la sociedad civil palestina, aunque fue criticada por representantes del gobierno israelí, que consideran que la declaración “ignora las amenazas a la seguridad de Israel”. Su aliado cercano, Estados Unidos, también boicoteó la conferencia y afirmó que la reunión “no es productiva y está mal programada”.No obstante, diversas potencias europeas y latinoamericanas insistieron en que garantizar los derechos del pueblo palestino no es incompatible con la seguridad regional, sino un requisito esencial para lograrla.

Con esta conferencia, la comunidad internacional busca reactivar una agenda de paz estancada desde hace más de una década, frente a uno de los conflictos más prolongados y devastadores del mundo contemporáneo. Aunque no vinculante, la declaración representa un nuevo consenso diplomático que podría marcar un punto de inflexión, si se traduce en acciones concretas en los próximos meses.

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