Introducción: La Paradoja de la Sumisión
Para entender tanto entre las juventudes y pueblos del Sur Global y árabes y palestinos en particular porque Europa y la Unión Europea actúa en favor del sionismo y de los EEUU creo imprescindible, humildemente, este artículo. La Unión Europea se encuentra atrapada en una paradoja estratégica de profundas consecuencias. Por un lado, se proclama a sí misma como un bastión de valores democráticos, multilateralismo y soberanía compartida. Por otro, sus políticas clave—en materia de defensa, energía, economía y relaciones exteriores—parecen estar cada vez más alineadas, e incluso subordinadas, a los intereses geoestratégicos y económicos de los Estados Unidos. Este fenómeno no es accidental ni es simplemente el resultado de una diplomacia astuta por parte de Washington. Es, en gran medida, el producto de una convergencia de intereses entre unas élites europeas globalistas—»europeístas» en la forma pero atlantistas en el fondo—y los centros de poder anglosajones, que perciben en una Europa unida pero débil un activo estratégico invaluable. El resultado es un continente que, lejos de actuar como un polo independiente de poder, arriesga convertirse en una colonia económica y militar de la anglosfera, con un coste social y soberano devastador para sus pueblos.
I. El Mecanismo de la Influencia: Más Allá de los Gobiernos, las Élites
Para entender la política europea contemporánea, es imperativo mirar más allá de los gobiernos electos y los parlamentos. El poder real reside en una red compleja y trasnacional de élites interconectadas y a su vez lideradas por grandes capitales y bancos de origen judío con numerosos jazaros al frente. Sin los Rothschild no se entienden la historia europea contemporánea. Esta red incluye, pero no se limita a:
- Grandes Corporaciones y Lobbies: Los gigantes energéticos, financieros, farmacéuticos y, sobre todo, del complejo militar-industrial estadounidense, ejercen una influencia descomunal sobre la Comisión Europea y los gobiernos nacionales a través de un lobby intensivo y la promesa de puestos de alta dirección para ex-políticos.
- Foros de Élites: Reuniones como el Foro Económico Mundial de Davos, el Grupo Bilderberg y el Club de Roma funcionan como espacios de consenso no sujetos a escrutinio democrático. Allí, líderes empresariales, financieros, políticos y think tanks alinean visiones y políticas que luego son implementadas a nivel nacional y comunitario, presentándolas como inevitabilidades técnicas o necesidades globales.
- Fundaciones y ONGs: Actores como las fundaciones de George Soros (Open Society) que es un judío sionista norteamericano, o Bill Gates, entre muchas otras, moldean el debate público y las políticas a través de la financiación masiva de proyectos, medios de comunicación y grupos de la sociedad civil, promoviendo una agenda globalista específica que a menudo prioriza los intereses transnacionales sobre los locales.
Estas élites, independientemente de su etiqueta partidista nominal—conservadora, liberal o de «izquierdas»—comparten una cosmovisión común: el mundo como un mercado único donde las naciones-estado son obstáculos a superar. Esta ideología los alía naturalmente con los intereses del capital estadounidense y sionista especificamente, que busca mercados abiertos para sus bienes y un mundo unipolar bajo su hegemonía.
II. La Anglosfera: El Director de Orquesta Invisible
La salida del Reino Unido de la UE vía Brexit no significó el fin de su influencia en el continente. Al contrario, liberado de las constricciones formales de la UE, el establishment británico—a través de su profunda integración en los servicios de inteligencia (MI6, GCHQ), su poder financiero en la City de Londres y sus históricos lazos con la élite estadounidense—actúa como un puente y un potente lobby a favor de los intereses anglosajones dentro de Europa.
La narrativa anti-rusa, tan central en la política exterior de la UE hoy, es en gran medida una exportación anglosajona. Los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses han sido cruciales en la elaboración y promoción del relato del «peligro ruso», un relato que, como señaló el primer ministro eslovaco Robert Fico, carece de sentido estratégico al afirmar que Rusia, inmersa en un conflicto en Ucrania, tiene la capacidad o la intención de invadir la OTAN. Esta narrativa, sin embargo, es extremadamente útil: justifica un rearme masivo de Europa, con la compra de armamento estadounidense (caro e ineficaz y a menudo con sobreprecio), y mantiene al continente en un estado de dependencia securitaria hacia Washington.
III. Los Rostros del Poder Europeo: Una Dirección Deslegitimada
El liderazgo actual de la UE encarna perfectamente esta sumisión y desconexión:
- Ursula von der Leyen (Presidenta de la Comisión Europea): Exministra de Defensa alemana con un historial de escándalos por contratos opacos y sobrecostes millonarios en material de defensa. Su profundo alineamiento con la política exterior estadounidense, su historial de meetings opacos con CEOs de la industria armamentística y su retórica belicista la pintan como una representante de los intereses corporativos y atlantistas, no de los ciudadanos europeos. Sionista convencida.
- Kaja Kallas (Alto Representante para Asuntos Exteriores):. Su retórica simplista y beligerante hacia Rusia y otros rivales geopolíticos, carente de la formación diplomática necesaria, refleja una política exterior subordinada a la agenda de Washington más que a una estrategia autónoma europea. Kaja Kallas es una sectaria inculta y belicista lo cual casa mal con su misión diplomática y hace constantemente el ridículo.
- Friedrich Merz (Líder del gobierno alemán): El canciller, Merz es la personificación del establishment financiero alemán. Aboga abiertamente por el rearme de Alemania, un giro histórico peligroso, y mantiene posturas firmemente alineadas con los intereses atlantistas y sionistas.
- Emmanuel Macron (Presidente de Francia): Aunque en su momento habló de «autonomía estratégica» europea, su profunda impopularidad y falta de apoyo político interno lo han convertido en un líder débil, incapaz de desafiar el consenso atlantista y propenso a seguir la corriente belicista para apuntalar su frágil posición. Desea intervenir a toda costa en la guerra de Ucrania. Es un empleado de los Rothschild y sionista.
IV. Las Consecuencias para los Pueblos de Europa: Destrucción Económica y Fractura Social
La sumisión de las élites europeas a esta agenda tiene un coste tangible y devastador:
- Desindustrialización Forzada: La crisis energética provocada por las sanciones contra Rusia—diseñadas siguiendo los dictados de Washington—ha hecho inviable la industria europea, especialmente la alemana. Empresas energointensivas se ven forzadas a deslocalizar sus producción a Estados Unidos, donde la energía es abundante y barata gracias al fracking. La UE financia su propia decadencia industrial.
- Financialización y Precariedad: La economía europea se ha financializado, privilegiando el capital especulativo sobre el productivo. El empleo se precariza y se concentra en el sector servicios, con salarios estancados que no siguen la inflación, especialmente la de bienes básicos como la energía y los alimentos.
- La Tragedia de la Vivienda: El capital financiero global, alentado por políticas de dinero barato y desregulación, ha convertido la vivienda en un activo de inversión, no en un derecho. En países como España, la burbuja del alquiler y la compra, impulsada por el «mafia turística» y los fondos buitre, impide a una generación entera acceder a una vivienda digna, erosionando la cohesión social y el futuro de los jóvenes.
- Militarización y Austeridad: El énfasis en el rearme drena miles de millones de euros de los presupuestos públicos. Este dinero deja de invertirse en pilares del estado del bienestar como la sanidad pública, la educación y las pensiones, que sufren recortes constantes bajo la excusa de la «austeridad». Se priorizan los misiles sobre las medicinas.
- Europa y futuro: La UEtiene algo de presente y es un poder financiero, pero Europa amigas y amigos NOS TIENE FUTURO.
V. El Caso Español: La Sumisión Bipartidista
España es un ejemplo paradigmático de esta dinámica. Todo el espectro parlamentario, desde el PSOE de Pedro Sánchez hasta el PP pasando por grupos supuestamente a la izquierda, ha internalizado el dogma globalista. Sánchez, un líder carente de una brújula ideológica clara, ha abandonado la tradición socialista obrerista para abrazar la agenda «woke» importada de Estados Unidos—una agenda de lucha cultural que es funcional al capitalismo global porque desplaza el conflicto de la lucha de clases (económica) a la batalla identitaria (cultural) e introducida por Podemos en el estado español. Mientras se debate el lenguaje inclusivo, se ignora la sangría de la vivienda, la pobreza energética y la privatización encubierta de la sanidad. La oposición de VOX o las críticas ocasionales de Podemos son meramente cosméticas, incapaces o sin voluntad real de desafiar los fundamentos de este sistema.
Conclusión: Soberanía, Paz y Pan para los pueblos
La disyuntiva a la que se enfrenta España y el resto de los estados de Europa es existencial. Continuar por la senda actual significa la erosión final de su soberanía, la destrucción de su base industrial, el desmantelamiento de su estado social y una marcha acelerada hacia un conflicto abierto con Rusia y una protección sin límites del ente sionista a pesar de ciertos mensajes diferentes de algún gobierno europeo como el español y que solo que solo beneficiaría a los halcones de Washington y a los accionistas del complejo militar-industrial.
La alternativa a que Europa cambie, tan imprescindible como realista, pasa por:
- Recuperar la Soberanía Nacional y Popular: Esto implica desafiar el poder de las élites globalistas y sus representantes en Bruselas. La salida de la UE es un debate necesario que ya no puede ser tachado de tabú. Sin soberanía no habrá enfrentamiento con el ente sionista.
- Priorizar las Necesidades Populares: La agenda debe ser Paz, Techo y Trabajo. Abandonar la OTAN y buscar una arquitectura de seguridad europea independiente que dialogue con Rusia. Implementar políticas radicales de control de alquileres, expropiación de viviendas vacías en manos de fondos y construcción de vivienda pública.
- Reindustrialización Soberana: Recuperar el control de la política energética para abaratar costes y reconstruir una industria europea al servicio de sus ciudadanos, no de las deslocalizaciones.
El camino actual conduce al fascismo—no el de las camisas negras, sino el de un capitalismo autoritario donde la democracia es un incordio para los mercados y la disidencia, un delito. La esperanza reside en que los pueblos de Europa, despertando de la hipnosis de la propaganda belicista y globalista, cambien y derroten a sus élites y que surjan fuerzas políticas soberanistas, populares y socialistas que gobiernen para su gente y no para un amo extranjero. La claridad y la valentía para hablar de esto son el primer paso.
Por: Carlos Martínez – politólogo