El Buró Político del Partido Comunista Sudanés emitió un comunicado en el que condenó las horribles masacres cometidas por las milicias de las Fuerzas de Apoyo Rápido contra civiles en las ciudades de El Fasher y Bara, así como en otras zonas de Kordofán y Darfur. El partido afirmó que su posición es clara y firme, sin admitir ambigüedad ni justificación.

El comunicado señaló que estas milicias continúan practicando violencia sistemática contra civiles indefensos, desde ejecuciones sumarias y detenciones arbitrarias hasta saqueos, destrucción de propiedades, desplazamientos forzosos y obligar a la población a huir. Estas violaciones han sido documentadas por informes de las Naciones Unidas, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación. El partido destacó que esta violencia sistemática es producto de la ausencia de justicia y la impunidad que permitió la repetición de crímenes de guerra y genocidio desde las primeras masacres en Darfur, subrayando la necesidad de responsabilizar de inmediato a quienes dieron las órdenes y a quienes las ejecutaron.

Asimismo, el partido responsabilizó al ejército sudanés por retirarse de la ciudad de El Fasher, calificando este acto como irresponsable y debe ser condenado y juzgado, y afirmó que el deber principal del ejército es proteger a los ciudadanos y la patria. El comunicado aclaró que lo que ocurre no es simplemente un conflicto militar por el poder, sino un conflicto entre las facciones capitalistas parasitarias dentro del país por el control del poder y los recursos, en el marco de un plan imperialista regional e internacional destinado a debilitar y desmantelar el Estado sudanés y saquear sus riquezas.

El partido también responsabilizó a la comunidad internacional por su inacción, pidiéndole una intervención inmediata para detener la guerra y las masacres. Hizo un llamado a los pueblos del mundo, a las organizaciones democráticas, a los partidos comunistas y obreros y a las organizaciones de derechos humanos para mostrar solidaridad internacional con el pueblo sudanés y convocar movilizaciones internacionales que presionen para detener la guerra. Además, exigió transformar las “declaraciones blandas” en pasos prácticos para proteger a los civiles, abrir corredores humanitarios, realizar investigaciones independientes sobre los crímenes de guerra, imponer un bloqueo político, económico y diplomático a los autores de las violaciones, prohibir la exportación de armas hacia ellos y remitir los crímenes a mecanismos judiciales internacionales y locales independientes.

El partido reiteró sus demandas de:

  • Un alto el fuego inmediato, una tregua humanitaria y la apertura de corredores humanitarios hacia El Fasher, Darfur, Bara, Kordofán y las zonas de desplazados.
  • Una investigación internacional independiente y transparente sobre los crímenes de guerra y llevar a los responsables ante la justicia.
  • Una acción urgente por parte de las fuerzas democráticas y de derechos humanos en el mundo para presionar a los Estados y organismos internacionales a fin de detener cualquier apoyo o complicidad con las partes responsables de las violaciones.

El partido también llamó a las fuerzas del movimiento popular y a las fuerzas democráticas en Sudán a unificar filas, intensificar la lucha pacífica y desarrollar iniciativas políticas para detener la guerra y arrebatar el poder a los dos gobiernos de facto en Puerto Sudán y Nyala, y retomen el camino de la revolución para construir un Estado civil y democrático que garantice los derechos humanos y logre justicia social.

El partido concluyó su comunicado afirmando que “la sangre clama por justicia y exige protección efectiva y una rendición de cuentas real”, y llamó a cesar los asesinatos, abrir vías para la ayuda humanitaria y llevar a los perpetradores ante la justicia, en aras de la justicia para las víctimas y la libertad y la paz para el pueblo sudanés.

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